sábado, 11 de febrero de 2012

miel, almendras y cacahuates


Luces decembrinas, un olor a vainilla, unos tenis rojos que a mis botas seguían, después de recoger el ultimo pedacito y pegarlo con cemento blanco, queda restaurado sin ninguna astilla listo para irse al otro bando.  Entrando a un universo paralelo donde ya habíamos hablado encuentro una mirada que con una cebada espiaba las ausencias de mis palabras.  Me entierro en tus sueños y me meto en tu tiempo,  ya no tengo miedo y sin duda alguna me lanzo al ruedo, que esta es la buena me dice mis piensos.

Me muestras la parte de sentimiento que va de la mano con un te quiero,  voy sin armadura que tu mirada me da la confianza de irme de filo hacia un caminito lleno de azaleas con olores de tiempos.

me pregunta el espejo
-que te pasa niña, acaso es un juego?
-le grito con una sonrisa, que es mas que eso

-esta preparada mi niña para irse al ruedo, pero sin armadura para que sienta el fuego?
-ando semidesnuda mi querido espejo que si mal me lastiman tendre el tiempo para restaurar mas heridas que con el paso del tiempo se han vuelto trofeos con orgullo entrego a ese que sera el dueño.

Deje usted caballero de gustos simples y entregueme las cintas de sus zapatos, llevate mis pensamientos y guardalos debajo de tu casco americano, me subo a tu nube con colores chocolates donde hay mil sabores de miel, almendras y cacahuates.  

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