Superficialmente volteo al trabajo realizado por algunos meses atrás, veo mi jardín despedazado y algunas frutos sembrados apunto de secarse y es que mi jardín se revelo ante mi y se declaro en huelga de agua. Voy reconociendo paso a paso por donde la limpieza ya se había realizado y tristemente veo como siguen creciendo hierba mala y plaga en mi suelo descuidado.
Los arboles me miran disgustados todos trasquilados por haber contratado a un jardinero ocupado que ha dejado el trabajo a medias con el sueldo por adelantado.
-disculpe usted mujer
me dicen mis azucenas
-usted tiene que hacer la labor de jardinera pues le permite la entrada a cualquiera.
Comienzo el recorrido minucioso y al pasar, veo belenes pisados, azalias trozadas, arrancadas desesperadas por llevarse lo que se alcanzara a la mano, aunque las rosas quedaron intactas pues sus sabias espinas supieron cuidarlas.
Voy en el camino revisando los daños, las flores azules que tanto había cuidado están muy tristes por haberlas abandonado, comienzo a regar y con mis propias manos arrancando de raíz hierba mala que se me había enraizado, me pongo mis guantes acerco los baldes, empieza el abono a trabajarle lo que aquí había comenzado. La tierra esta buena, las flores no se han ido, mis plantas queridas me habían esperado y es que ahora se les esta dando su regadita diario!.
Limpiando, bailando y cantando voy barriendo hojas secas y abonando, veo mis flores que han empezado a reaccionar una vez que había regresado, algún día estará listo mi jardín con arboles gigantes donde mis hijos se puedan subir, girasoles de colores veo creciendo, arboles que estoy emparejando para algún agrónomo experimentado que reconozca mi jardín muy bien cuidado.
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