Mis ojos se abren y una profunda resequedad por haber hecho uso de su vital liquido, mi corazón en el hospital, reclama suero de aceptación y anestésicos de serenidad, mientras mi mente molesta se encuentra en la sala de espera pensando en como arreglar el mundo a partir de este cruel apagón.
Despierto y veo alrededor en tiradero de emociones regadas por toda la recámara del hospital donde se albergaban ilusiones superficiales que alimentadas por una infantil esperanza, no se puede pedir algo inpedible ni se puede perder algo que nunca se tuvo.
Una descarga de fuerza interior surge en medio de la operación donde electroshock hacen el efecto y una inyección de adrenalina acompañado de lo que es correcto hacen latir lentamente a un compás sugerido los latidos de mi tonto corazón.
Reclamos de mi mente, hacen llegar desde la otra habitación como un padre molesto por la imprudencia de su hijo de no haber usado rodilleras y una enfermera con buen humor me hace ver que la solución esta en aceptar las cosas como son, es mejor tenerte de lejos que no tenerte de cercas.
Estas en terapia intensiva ingenuo corazón, que advertido por la loca de la casa, fuiste a meter las cuatro patas, estrellándote en las paredes de esta situación, sin ninguna reclamación te digo honestamente, que valió la pena!! si señor, que lo que te paso yo recojo lo que se rompió.
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