Mientras estoy en una noche de frío no dejo de sentir ese ambiente cálido en algún café que no recuerdo su nombre, un sorbo a mi bebida caliente, uno a tu bebida fría, tratando de arreglar el mundo, nuestro mundo.
Jugando a ser una mujer, por dentro una niña emocionada soñadora y esperanzada a que den el primer paso, sensaciones nunca sentidas, anestesiadas por la madurez que representa el "esperar" por algo para no correr e ir paso a paso.
Al salir un repentino escalofrío me hace acercarme a ti como si fuéramos un imán, sin darnos cuenta estamos si estar, un cariño sugerido un amor condicionado, con miedos y reservas andamos tres pasos y regresamos a nuestro estado de alerta, dos responsables adultos cuidándose cada quien de cada uno.
Como testigo una luna de noviembre, que se burla de mi pensamiento mágico y me grita con todos sus cráteres que despierte - que despierte, lo que tiene que ser será sin provocar, sin presionar.
Termino mi día con mis reservas, con mi misma, planeando la próxima en una película o una reunión, acepto la condición, esperar es lo único que me queda y no me gusta, pero disfruto sin duda de la Cámara Lenta.
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